martes, 26 de julio de 2011

MI CRUCERO EN EL NORWEGIAN EPIC: CRONICA FINAL

Finamente, alrededor de una hora más tarde el "Liberty of the Seas", pese a haber salido más tarde que nosotros, nos alcanza y nos pasa en esta bonita puesta de sol. Entrará el primero a la mañana siguiente en el puerto de Civitavecchia. Para no hacerlo muy largo, omitiré la etapa de Civitavecchia y Roma y me centraré en la de Nápoles, ya que tenía esperanzas de encontrar allí algún portaviones de la VI Fota, ya que suele ser parada habitual de estos buques.

Pues no. No hubo suerte. Me tuve que conformar con poder fotografiar cuando zarpábamos de Nápoles rumbo a Palma de Mallorca a la fragata Samuel B. Roberts, número 58 de la clase Oliver Hazzard Perry o FFG-7, que se disponía a entrar en el puerto. La lancha del Práctico acaba de llegar y éste está subiendo por la escalerilla al buque.

Tras un día completo de navegación en el que disfrutamos de todo lo que el Norwegian Epic ofrece, y que es mucho, a la mañana siguiente llegamos a Palma de Mallorca. Y al correr la cortina de la terraza al despertarme, me encuentro con este panorama... Nada más y nada menos que el CVN-65 Enterprise fondeado en la bahia de Palma de Mallorca, con su cubierta atestada de aviones. Me maldigo por no haber madrugado, -hoy no teníamos excursiones planificadas-, puesto que el Epic ha pasado a pocos metros del Enterprise al llegar a Palma. De todos modos me las prometo muy felices ya que cuando zarpemos de Mallorca por la tarde, podré fotografiar al portaviones a mis anchas, tan cerca como antes estuvo la Samuel B. Roberts.

¡¡Pues no!! ¡¡Maldita sea!! El Enterprise leva anclas y se va de Palma de Mallorca sobre las tres de la tarde. El Epic tenía previsto zarpar a las seis y media. La oportunidad de fotografiar al portaviones de cerca y desde arriba con buena perspectiva se desvanece. Por cierto, se dirige a Libia.

Está claro que no se puede tener todo en la vida, pero me doy por contento, -mejor dicho-, estoy muy contento porque ha sido una semana inolvidable. El domingo desembarcamos temprano del Epic en Barcelona, preciosa ciudad que no conocía y a la que pude dedicar unas horas hasta que casi anocheciendo, este A-320 de Vueling, nos devolvió a casa -sanos y salvos- tras un vuelo bastante movidito... Ya queda menos para las vacaciones del año que viene. Si Dios quiere...

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