Pues no. No hubo suerte. Me tuve que conformar con poder fotografiar cuando zarpábamos de Nápoles rumbo a Palma de Mallorca a la fragata Samuel B. Roberts, número 58 de la clase Oliver Hazzard Perry o FFG-7, que se disponía a entrar en el puerto. La lancha del Práctico acaba de llegar y éste está subiendo por la escalerilla al buque.
Tras un día completo de navegación en el que disfrutamos de todo lo que el Norwegian Epic ofrece, y que es mucho, a la mañana siguiente llegamos a Palma de Mallorca. Y al correr la cortina de la terraza al despertarme, me encuentro con este panorama... Nada más y nada menos que el CVN-65 Enterprise fondeado en la bahia de Palma de Mallorca, con su cubierta atestada de aviones. Me maldigo por no haber madrugado, -hoy no teníamos excursiones planificadas-, puesto que el Epic ha pasado a pocos metros del Enterprise al llegar a Palma. De todos modos me las prometo muy felices ya que cuando zarpemos de Mallorca por la tarde, podré fotografiar al portaviones a mis anchas, tan cerca como antes estuvo la Samuel B. Roberts.
¡¡Pues no!! ¡¡Maldita sea!! El Enterprise leva anclas y se va de Palma de Mallorca sobre las tres de la tarde. El Epic tenía previsto zarpar a las seis y media. La oportunidad de fotografiar al portaviones de cerca y desde arriba con buena perspectiva se desvanece. Por cierto, se dirige a Libia.
Está claro que no se puede tener todo en la vida, pero me doy por contento, -mejor dicho-, estoy muy contento porque ha sido una semana inolvidable. El domingo desembarcamos temprano del Epic en Barcelona, preciosa ciudad que no conocía y a la que pude dedicar unas horas hasta que casi anocheciendo, este A-320 de Vueling, nos devolvió a casa -sanos y salvos- tras un vuelo bastante movidito... Ya queda menos para las vacaciones del año que viene. Si Dios quiere...
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